Esta receta de pastela de pollo es un clásico de la cocina marroquí. Mezcla perfectamente el salado con el dulce y el resultado es una receta exquisita.

700 g de pollo deshuesado (yo he usado contramuslos deshuesados)
8 láminas de pasta filo
50 g de almendras
30 g de mantequilla
2 puerros
1 cebolla
Un diente de ajo
1 cucharada de miel
Un cucharadita rasa de canela
media cucharadita de jengibre
1 cucharada rasa de azúcar (mejor azúcar glas)
un puñado de pasas sin semillas hidratadas en oloroso o vino dulce, un puñado de almendras crudas fileteadas o troceadas gruesas
azafrán
sal gorda
aceite de oliva

ELABORACIÓN de la pastela de pollo

Doramos el pollo troceado con el ajo salteado en un chorro de aceite. Agregamos la cebolla y el puerro picados en juliana fina y rehogamos con el pollo. Ponemos las pasas. Cubrimos con caldo y dejamos hacer a fuego lento hasta que el pollo esté muy tierno.
Desmenuzamos el pollo cortándolo con cuchillo y tenedor en su propia salsa, ponemos las especias, la miel y el azafrán, salpimentamos y volvemos a llevar al fuego para que siga haciéndose todo junto.
En otra sartén doramos las almendras en un fondo de aceite y las añadimos al pollo.
Extendemos las obleas de pasta filo y rellenamos con la mezcla, envolvemos bien. Pasamos la pastela ya cerrada por el aceite de freír las almendras y ponemos en una bandeja de horno.
Hay que hornear entre 10 y 15 min a 180º hasta que dore un poquito y servir en seguida para que esté crujiente y no se endurezca la pasta.
Para servir la pastela de pollo la espolvoreamos con azúcar glas y un toque de canela.