Esta receta de gelatina de frutas es muy sencilla y vistosa, los ingredientes los eliges tú con frutas a tu gusto, y llena de color ya alegría tu mesa.

1 paquete de gelatina de frutas (limón, naranja, fresas, piña…) de 85 g
Fruta fresca troceada, a excepción de kiwis, piñas higos, papaya o melón, que impiden que se cuaje la gelatina. Puedes usar melocotones, nectarinas, peras, cerezas, frambuesas, fresas… Las frutas con piel es mejor pelarlas porque mejora la textura al comerlas
Zumo de limón

ELABORACIÓN de la gelatina de frutas frescas

Preparamos la gelatina siguiendo las instrucciones del envase. Lo normal es diluirla en agua muy caliente, un vaso de agua recién hervida, y añadir la misma cantidad de agua fría. Mezclamos todo muy bien (puede ser en batidora) y dejamos templar.
Por otro lado pelamos y troceamos la fruta en trozos regulares y la disponemos en el molde donde la vamos a presentar. Hay que aprovechar el posible jugo que suelte la fruta. Rociamos con sumo de limón para que la fruta no se oxide.
Añadimos por encima la gelatina templada, que ya habrá cogido algo de cuerpo.
Dejamos reposar la gelatina de frutas en la nevera un mínimo de 3-4 horas para que cuaje del todo hasta servir.

Algunas frutas como las que hemos citado antes (kiwi, piña, papaya, melón, higos…) tienen una enzima llamada bromelina que anula el poder de cuajar de la gelatina. Si se cuecen o saltean a más de 70 grados desaparece el problema, así que si quieres usarlas tendrás que darles un ligero hervor o saltearlas al fuego. No te recomiendo usar melón o higos porque pueden perder textura.
Ante la duda de si una fruta puede dañar el postre y hacer que no cuaje, es mejor dar un pequeño hervor a la fruta o pasar un par de minutos por el microondas para remediarlo, pero procurando que los trozos de fruta no se deterioren.