Para hacer estas setas al ajillo puedes usar setas frescas cultivadas, pero puedes usar también congeladas o deshidratadas. La receta es muy sencilla.

Cómo hacer Setas al ajillo con vino blanco

Haremos las setas al ajillo en sartén antiadherente, si es posible una sartén de hierro.
Rehogamos el ajo pelado y laminado en el aceite, añadimos la punta de guindilla (la puedes suprimir) y dejamos que dore un poquito el ajo. Si quieres puedes incorporar al sofrito media cebolla picada en juliana.
Cuando el sofrito esté al punto, la cebolla transparente y el ajo dorado, añadimos las setas bien limpias y troceadas (aquí puedes ver cómo limpiar las setas y champiñones).
Damos unas vueltas y agregamos el vino, dejando cocer a fuego lento y tapado hasta que evapore el alcohol. Las setas, si son tiernas y frescas, no tendrán mucho más tiempo de cocción que el tiempo de evaporación del alcohol.
A medio hacer incorporamos un poco de perejil picado. Probamos de sal.
Si quieres hacer setas al ajillo con jamón, añadimos los taquitos de jamón (este ingrediente es opcional), revolvemos bien y apartamos del fuego (el jamón, si lo dejas cocer, aporta demasiada sal).
Servimos nuestras setas al ajillo al momento, como guarnición de carnes, o con un huevo frito o escalfado.

Si usas setas congeladas o deshidratadas, debes asegurarte de escurrir muy bien los restos de agua porque pueden estropear el resultado final de la receta.
Con esta misma receta de setas al ajillo puedes preparar unos champiñones corrientes o de la variedad Portobello.
Estas setas al ajillo pueden servirse solas o como guarnición de carnes o huevos. Puedes ponerlas en unas cazuelas individuales y cuajar unos huevos al horno.