Esta receta de pechuga de pavo rellena de jamón y queso no tiene mucha elaboración si pides ayuda a tu carnicero para que te prepare la carne. El plato resulta muy vistoso y festivo, pero debes controlar bien los tiempos de cocción para que el pavo no se reseque.

ELABORACIÓN de la pechuga de pavo rellena

Abrimos la media pechuga de pavo con un cuchillo y vamos abriendo a los lados para conseguir que se extienda lo más posible. Si tienes un carnicero de confianza, pídele que lo haga y tienes el resultado garantizado. Tiene que quedar como un filete grande. Salpimentamos.
Ponemos por encima, por este orden, la panceta (así soltará su grasa en la carne, que es más bien seca). Luego ponemos el queso y por último el jamón.
Cerramos la carne formando un rollo bien apretado. Lo metemos en una redecilla o lo bridamos con hilo de cocina.
Lo doramos por todos lados en una cazuela en un fondo de aceite con la hoja de laurel. Cuando esté bien dorado añadimos la cebolla picada y el vino y dejamos que evapore el alcohol. Ponemos un vaso de caldo (puede ser de cubitos) y dejamos que se haga el guiso lentamente media hora dando la vuelta al rollo de carne cada ratito para que se haga por igual. Hay que añadir más caldo a la pechuga de pavo rellena si es necesario.
Si quieres al final puedes pasar la salsa por la batidora y presentar la pechuga de pavo rellena con la salsa en salsera.

Esta pechuga de pavo rellena con jamón y queso se puede tomar caliente, salseada con el líquido del guiso, o dejar que se enfríe y servir en medallones con lechuga picada y mayonesa.
Si quieres preparar rollitos más pequeños no tienes más que hacerla con pechuga de pollo o con filetes de pechuga de pavo. La receta es la misa y los tiempos de cocción cambiarán un poco porque los rollitos serán más pequeños (fotos inferiores).