Aquí te explicamos cómo congelar tomates y usarlos después en tus mejores platos y salsas con muy buen resultado.
Congelar tomates es una excelente opción para aprovechar este ingrediente fresco cuando está en plena temporada. Muchas veces, durante los meses en que los tomates están más abundantes y económicos, no podemos consumirlos todos a tiempo. Congelar tomates permite disfrutar de su sabor y nutrientes durante todo el año, ya que al almacenarlos correctamente, se conservan por varios meses. Esta práctica es ideal para quienes desean tener a mano tomates para diversas recetas, como salsas, guisos o sopas, sin preocuparse por su deterioro rápido.
Congelar tomates también ayuda a reducir el desperdicio alimentario, una ventaja importante en la cocina. En lugar de dejar que los tomates se estropeen en el frigorífico, puedes congelarlos enteros, pelados o incluso en puré, para usarlos cuando los necesites. Si tienes una buena cosecha de tomates frescos o has encontrado una oferta en el mercado, congelar tomates te permitirá extender su vida útil y disfrutar de su frescura más adelante.
Además, al congelar tomates, podrás contar con un producto de calidad, listo para incorporarse a cualquier plato. Aunque el tomate congelado pierde algo de textura, es perfecto para preparaciones cocidas. Así, congelar tomates no solo te permite ahorrar dinero y reducir desperdicios, sino también tener una reserva de ingredientes clave para platos caseros que requieren la intensidad del sabor de tomates frescos. Esta práctica se convierte en una aliada importante en cualquier cocina, ya que el proceso de congelar tomates es sencillo y práctico, facilitando el acceso a este ingrediente en cualquier momento del año. En resumen, congelar tomates es una estrategia útil, económica y eficiente para aprovechar al máximo su temporada y disfrutarlos durante todo el año en la cocina.
Usos que podemos dar al tomate una vez descongelado
Una vez descongelado, el tomate puede ser utilizado en una variedad de preparaciones que no requieren su textura fresca, ya que al descongelarse, tiende a perder firmeza. Es ideal para salsas como la de pasta o pizza, ya que el calor y el cocinado largo permiten aprovechar todo su sabor. También es excelente en guisos, sopas, y estofados, donde el tomate se desintegra, aportando cuerpo y acidez. Aunque no es recomendable para ensaladas por su textura blanda tras la descongelación, es perfecto para recetas que requieren cocción y un sabor intenso a tomate.⬤
MÉTODO 1. CONGELAR TOMATES PELADOS
- Para empezar tienes que seguir todo el proceso del pelado de tomates siguiendo nuestros consejos para escaldar tomates. Si lo prefieres puedes pelarlos a cuchillo.
- Después presionamos los tomates para que pierdan todo el líquido posible. Guarda esa agua de tomate para tus cremas de verduras o para tus vinagretas.
- Puedes dejar los tomates enteros o trocearlos. También los puedes triturar en la batidora para obtener un puré de tomate.
- Ponemos los tomates en bolsas de congelación con cierre hermético y presionamos para que salga todo el aire posible. Las cerramos intentando que queden lo mejor selladas posibles, sin aire dentro.
- Ponemos las bolsas en el congelador. Para usar el tomate lo dejamos descongelar a temperatura ambiente y lo usamos normalmente.
- Como ya hemos dicho, los tomates así congelados pierden la textura firme, no te servirán para platos con tomate en crudo, pero tendrás siempre a mano tomate fresco para tus sofritos y guisos.
MÉTODO 2. CONGELAR TOMATES ENTEROS CON SU PIEL
- Se pueden congelar los tomates enteros con normalidad, de hecho es el método que te recomendamos.
- Ponemos los tomates enteros, limpios y secos, en una bandejas o platos dentro del congelador. Esperamos hasta que estén congelados.
- Entonces los ponemos en bolsas herméticas de congelación y eliminamos de las bolsas todo el aire posible. Los conservamos en el congelador.
- Para usar los tomates los vamos sacando según los necesitemos. Los ponemos un momento bajo el grifo hasta que veamos que la piel se desprende fácilmente. Quita la piel, poniendo un bol debajo, porque soltará bastante líquido. Después los usamos normalmente como hemos indicado antes, en guisos y salsas.
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