El kale es una variedad de col llena de sabor y beneficios para tu salud. No debe faltar en una dieta sana y al día. Aquí te contamos cómo se cocina el kale para sacarle todo el partido.
¿Qué es el kale?
Hace algunos años un nuevo vegetal de nombre exótico y apariencia fresca y apetecible llegaba a nuestra cesta de la compra. Lo hacía para quedarse puesto que no sólo nos dejamos seducir por sus rizadas hojas carnosas y verdes, si no que sus magníficas cualidades nutricionales terminaban por convencernos.
Esta col nativa de la costa sur y oeste de Europa tiene muchas cualidades beneficiosas:
- Es baja en calorías y alta en fibra.
- Agiliza el proceso de digestión y nos ayuda a no engordar.
- Es rica en fitonutrientes que son unos fabulosos antioxidantes.
- Contiene mucho hierro y calcio, más que la carne de vacuno y más que la leche de vaca.
- Tiene mucha vitamina C que fortalece el sistema inmunológico, vitamina A y vitamina K.
- Tiene propiedades antiinflamatorias por los ácidos grasos omega-3 que contiene y que nos protegen de enfermedades cardiovasculares.
- Se trata de un alimento depurativo que además previene enfermedades como el alzheimer.
¿Cómo podemos preparar las hojas de kale?
1- Hojas de kale en ensalada.
Usamos las hojas más tiernas y nuevas, las más grandes y verdes son demasiado fibrosas al paladar para comerlas crudas. Es la forma en la que se aprovechan al máximo sus nutrientes. Con manzana y aguacate, con garbanzos cocidos y nueces, con queso y salmón…, como más te guste. Se suele aderezar antes y dejar reposar para que no esté tan recia a la hora de comerla. Existe una variedad llamada lacinto menos fibrosa ideal para ensaladas. Pruébala en nuestra ensalada de col con manzana.
2- Cocidas al vapor o hervidas.
La segunda opción es siempre menos recomendable en los vegetales que la primera por perder de esta forma parte de sus propiedades. Si se cocina hay que hacerlo como cualquier verdura de hoja, es decir, sumergiéndola en agua hirviendo hasta que esté tierna. Luego se escurre y lista. Al vapor mantiene mejor sus beneficios saludables y también su textura es más firme y agradable.
3- Hojas de kale salteadas.
Lavamos y cortamos hojas y tallos. Podemos cocerlas previamente al vapor o directamente saltearlas, o incluso sofritas sobre fuego fuerte. Con condimentos o combinado con otros vegetales, pero siempre con un buen aceite de oliva. Prueba nuestra receta de col con patatas y chorizo.
4- Hojas de kale horneadas.
Es la forma más original. Se cortan en tiras o dejamos las hojas grandes, como más nos guste. Untamos un poco de aceite con los dedos y ponemos cinco minutos al horno, calentado previamente a 220º. Luego sacamos, damos vuelta a las hojas y volvemos a hornear dos minutos, hasta que adquieran un poco de tono. Salen crujientes como chips y muy sanas.
5- Hojas de kale en zumo.
Los zumos verdes se consideran una buena fuente de energía, belleza y salud. Licuada con otros vegetales o frutas es la forma más nutritiva ya que todas las vitaminas se mantienen y las enzimas naturales siguen activas. Es fácil de preparar. En este caso lavaremos bien las hojas, sin tallo y meteremos en la licuadora con los otros ingredientes de nuestra bebida detox (por ejemplo, apio, pepino y un poco de jengibre). Introduce el agua y tritura en varias sesiones cortas.
6- Hojas de kale guisadas.
Por último esta crucífera con volantes puede guisarse o usarse en sopas como cualquier vegetal de hoja verde. Pruébalas con nuestra receta de pote de repollo, deliciosa!!
Prueba y elige la que más te guste. Ya no te faltarán ideas para no aprovechar sus magníficas propiedades.
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