No te asustes porque estos flamenquines de pollo, jamón y queso se preparan en un momento, con muy poquitos ingredientes y unos sencillos consejos.

Filetes de pollo grandes y de corte fino
Lonchas de queso que fundan bien
Lonchas de jamón cocido que no sean muy finas (o de jamón serrano, si lo prefieres)
Huevo batido, harina y pan rallado para empanar los flamenquines
Aceite de oliva para freír
Sal y pimienta

ELABORACIÓN de los flamenquines de pollo

Con el rodillo o la maza aplastamos los filetes al máximo teniendo cuidado de que no se desmoronen o se rompan. Salpimentamos (si usas jamón curado ten cuidado con la sal, puedes incluso eliminarla).
Encima de cada filete colocamos una loncha de queso cortándola a la misma medida que el pollo, y encima del queso ponemos la loncha de jamón. Enrollamos con cuidado desde un extremo y en sentido diagonal para que quede más fino y largo. Sellamos los cierres con un palillo.
Pasamos cada flamenquín por harina ligeramente, luego por el huevo batido, y por último por pan rallado, repitiendo de nuevo el huevo y el pan rallado para que quede una capara de rebozado bien firme.
Freímos en aceite caliente en un sartén hasta que estén bien dorados por todos lados, y siempre a fuego medio para que se hagan en el interior. Escurrimos los flamenquines de pollo sobre papel absorbente y servimos calientes.