Este helado de leche condensada se prepara con solo 2 ingredientes y siempre queda cremoso sin necesidad de remover la mezcla en el congelador.

Tiene mucho sabor a leche condensada y el punto justo de dulzor.

1 litro de nata para montar
1 lata pequeña de leche condensada (370 g)
Para servir: galletas Oreo de chocolate o vainilla, nueces ó almendras en trocitos, fideos de chocolate, pasas, frutas confitadas, caramelo…

Cómo hacer helado de leche condensada

Montamos la nata hasta un punto en que quede bien montada y firme. Ten cuidado de no pasarte para que no se corte y se haga mantequilla. Aquí puedes ver como conseguir una nata montada firme y estable.
Cuando esté lista cogemos una paleta de silicona y con movimientos envolventes mezclamos la leche condensada pero vamos añadiendo muy poco a poco. La nata debe bajarse lo menos posible porque de la cremosidad de esta mezcla dependerá el resultado. No airees mucho para que no coja aire. Tiene que quedar muy bien ligado.
Ponemos la mezcla en un molde y tapamos muy bien con film transparente. Sella bien y no te preocupes porque en este helado no hay que remover la mezcla, queda perfecta y cremosa, sin cristales de hielo, así como esté. Es importante que el film transparente quede muy pegado a la mezcla, sin huecos de aire,
Tiene que estar en el congelador al menos 6 horas o hasta que congele bien del todo. Antes de servir lo sacamos un ratito para que se atempere y sea más fácil servirlo.
Este helado de leche condensada se sirve añadiéndole las galletas desmenuzadas en trocitos, almendras, sirope de fresa o chocolate…