Helado de melocotón y queso crema

Esta receta de helado de melocotón es fácil de preparar y si sigues nuestros consejos el helado te quedará cremoso sin necesidad de máquina heladera.

Aquí puedes ver nuestros consejos para hacer helados cremosos sin heladera.

INGREDIENTES del helado de melocotón

• 500 g de pulpa de melocotón sin piel ni huesos
• 300 g de queso crema de untar graso (no desnatado)
• El zumo de medio limón
• 2 cucharadas de ron añejo o ron miel
• 100 g de azúcar y 100 ml de agua

ELABORACIÓN del helado de melocotón

1. Pelamos los melocotones, eliminamos los huesos y los troceamos. Tiene que pesar 500 g ya sin piel ni huesos.
2. Mezclamos en un bol con el limón y el ron.
3. Ponemos al fuego el agua y el azúcar hasta que rompa la ebullición removiendo para que el azúcar se disuelva. Apartamos del fuego y dejamos que se temple.
4. Ponemos en el vaso de la batidora los melocotones con el limón y el ron, el queso y el almíbar y trituramos hasta que quede lo más fino posible.
5. Ponemos en un molde, mejor si es metálico, y tapamos bien con un film sin dejar aire, sellando al máximo. Dejamos en la nevera unas horas hasta que esté congelado.
6. Lo normal es que no sea necesario remover porque este helado de melocotón queda bastante cremoso.

Helado de melocotón con melocotones en almíbar

Sigue esta misma receta pero en lugar de melocotones frescos y azúcar, usa melocotones en almíbar bien escurridos (500 g) y 150 ml del almíbar de la lata.

3 curiosidades del melocotón que no conocías

• El melocotón, originario de China, pertenece a la familia de las rosáceas, compartiendo parentesco con las rosas, almendros y cerezas. Esta relación botánica explica sus fragancias y sabores dulces.
• El melocotón es rico en antioxidantes como la vitamina C, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a mantener la piel saludable. También contiene fibra dietética, esencial para una buena digestión.
• La piel del melocotón tiene una capa aterciopelada debido a la presencia de pequeños pelos llamados tricomas. Esta característica no solo protege la fruta de los depredadores y la deshidratación, sino que también le da su distintivo tacto suave, diferenciándolo de otras frutas de hueso como las nectarinas, que tienen la piel lisa.

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