Los muffins ingleses son unos panecillos que se preparan en sartén con una masa sencilla. Abiertos, calentitos, y con mantequilla, son una auténtica delicia.

ELABORACIÓN de los muffins ingleses

Mezclamos el agua y la leche tibia. Agregamos el azúcar y la levadura, mezclamos y dejamos reposar 10 minutos.
En un bol ponemos la harina con la sal. Añadimos la mantequilla y con las manos bien limpias amasamos hasta obtener una mezcla arenosa.
Después hacemos un hueco en el centro de la harina y agregamos la mezcla de agua, leche y levadura, y vamos mezclando con las manos, integrando todo bien hasta que se absorban bien los líquidos. Volcamos la masa en una superficie ligeramente enharinada y amasamos durante 10 minutos más.
Formamos una bola y la dejamos en un cuenco con un poco de harina para que no se pegue. Cubrimos con papel film y dejamos levar 1 hora aproximadamente o hasta que duplique su volumen.
Pasado el tiempo de levado, pasamos la masa a una superficie enharinada y con las manos o un rodillo, extendemos ligeramente la masa, dejando unos 2 cm de grosor.
Con un cortador cortamos los muffins en círculos de unos 6 cm de lado y los vamos colocando sobre una bandeja de horno. Tapamos con film y dejamos reposar unos 30 minutos, hasta que aumenten el volumen.
En una sartén a fuego medio-bajo, ponemos los muffins y tapamos, dejándolos cocer unos 7-8 minutos de cada lado, siempre a fuego medio-bajo para que doren y se cuezan lentamente en el interior sin quemarse.
Estos muffins ingleses se sirven calientes, abiertos y untados con mantequilla y mermeladas, o se usan al momento para hacer bocadillos calientes.