Estas naranjas confitadas te servirán para decorar y enriquecer muchos postres, y además la receta es una forma perfecta de aprovechar naranjas en temporada porque así preparadas las puedes conservar muchísimo tiempo en casa.

ELABORACIÓN de las naranjas confitadas

Lavamos bien las naranjas y las cortamos en cuartos o en octavos, según sea su tamaño. Aprovechamos y guardamos el jugo que suelten al cortarlas.
Ponemos al fuego el agua con el azúcar y esperamos a que rompa la ebullición removiendo hasta que se disuelva bien el azúcar.
Añadimos las naranjas con los jugos que han desprendido y dejamos que se cuezan lentamente hasta que se evapore el líquido casi por completo y las naranjas se vuelvan traslúcidas. Es mejor no manipularlas mucho para que conserven al máximo su forma y textura, si quieres mover la cazuela hazlo con movimientos en vaivén.
Las dejamos enfriar al fresco sin apilarlas y esperamos a que se sequen y se les forme una película de azúcar por el exterior. Lo ideal es ponerlas en una bandeja sobre una rejilla.
Las naranjas confitadas se conservan muy bien en un recipiente cerrado durante mucho tiempo.