Aquí tienes algunas ideas para hacer unos polos de frutas frescas sanos, originales y con una presentación divertida y colorista.

Para nuestros polos, fruta fresca a tu elección, y algunos ingredientes que nos ayudarán a mejorar el resultado. Para endulzar, aunque no siempre es necesario, es mejor que uses azúcar glas, que se disuelve mejor. Y también puedes darle un toque de miel, que ayudará a que no se formen muchos cristales de hielo en nuestro polo.

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INGREDIENTES

200 g de fruta a tu elección
200 ml de zumo de naranja, piña, manzana… según combine con la fruta que elijas. Puedes poner también una mezcla de varios zumos
Azúcar glas al gusto (si la fruta no es muy dulce) o una cucharadita de miel (o ambas cosas)
El zumo de medio limón para que la fruta mantenga un bonito color

ELABORACIÓN de los polos de frutas

Pelamos y lavamos la fruta. La troceamos y la pasamos por la batidora hasta que obtengamos un puré muy fino. Mezclamos la fruta con el zumo si vemos que queda demasiado espeso. Probamos el dulzor. Añadimos la miel o el azúcar glas en la medida que nos guste y volvemos a pasar por la batidora.

Ponemos la mezcla en unos moldes de polo. Si no tienes puedes usar vasitos de yogur o de quesitos frescos de los pequeños. Ponemos unas maderas o palillos chinos dobles y cortados y dejamos enfriar en el congelador al menos 3 ó 4 horas hasta que se congelen por completo.

Para desmoldar puedes poner debajo del grifo de agua caliente un momento.
Puedes hacer más cremosos estos polos de frutas añadiendo un poco de queso crema, nata montada o unas cucharadas de yogur natural o de sabores.

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Cómo hacer polos de frutas de varios sabores (como en las fotos)

Ve rellenando el molde con mezcla pero sólo hasta un cuarto de su capacidad. Deja en el congelador un ratito (una media hora) y sigue rellenando dejando enfriar cada vez para que se vaya congelando, y así hasta terminar. Te quedará un polo ‘a rayas’ de varios colores y sabores.

Consejos y comentarios

Puedes hacer los polos de frutas con trozos de fruta fresca: Coloca por las paredes de los moldes algunos trozos o láminas de fruta fresca y rellena después con la mezcla de fruta y zumo, o simplemente con zumo de frutas fresco o envasado. Mete al congelador y al desmoldar quedará la fruta en el exterior.