Te contamos por qué preparar platos con clara de huevo es una excelente idea para afrontar este otoño.

Anochece antes y cada mañana el sol tarda más en salir. El otoño -la estación de los buenos propósitos por antonomasia- se acerca y esta vez sí vas a cumplir los deberes: adoptar una alimentación saludable y hacer más ejercicio para ponerte en forma.

Correr, andar, montar en bici, pilates, bailar… Da igual el deporte que elijas, tu objetivo es moverte más y fortalecer tu cuerpo. ¡Se acabaron los días de tumbona!

Por eso, como nos indican desde Pazo de Vilane, la granja gallega que introdujo por primera vez en España los huevos camperos, comer platos que contengan clara de huevo es una idea excelente para encarar el otoño, ya que aporta la proteína de mayor calidad biológica (es decir, la que mejor asimila el cuerpo humano) y que puedes incluir casi a diario en tu dieta.

Olvídate de fuentes artificiales de proteínas en forma de batidos o pastillas. No hay nada como una alimentación natural basada en platos saludables, baratos, variados y riquísimos, y ahí la clara de huevo es nuestro gran aliado por la gran cantidad de beneficios que nos aporta, tal y como nos explican desde Pazo de Vilane en este post.

Ya verás que lo mejor de la clara de huevo es que está presente en infinidad de platos. Tienes literalmente cientos de recetas (y no exageramos) en las que está presente: desde primeros o entrantes, como la sopa de cebolla, huevos al plato o a la flamenca, hasta huevos cocotte con jamón y trufa, y todo tipo de tortillas y revueltos, como la tortilla de patata, la rellena o la paisana, pasando por revueltos con todos los ingredientes del mundo.

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¡Y qué decir de los dulces! El bizcocho de viento o bolo gallego, que está exquisito solo o como base de multitud de tartas, está elaborado a base de claras de huevo. También el brazo de gitano, un clásico que puedes rellenar de mil maneras, emplea este ingrediente.

Las mousses son otro básico: ligeras, fresquitas al paladar y nada empalagosas. Te sugerimos una riquísima mousse de fresas para abrir boca. ¿Imaginas su delicioso crujido cuando metas la cuchara?

La mejor técnica para montar claras de huevo al punto de nieve

Montar bien la clara de huevo al punto de nieve no ofrece demasiada dificultad si sabes cómo. Por eso te damos algunos apuntes rápidos.

Comienza a batir las claras, totalmente separadas de sus yemas, con movimientos ascendentes, de abajo a arriba, para introducir aire. Al principio sólo saldrá espuma; sigue batiendo con energía hasta que empiecen a desprenderse picos blandos o puntitas que todavía no queden tiesas.
La siguiente fase comenzará cuando esas puntas ya tengan algo de consistencia, la suficiente como para mantener la posición. Aún así, sigue batiendo, hasta que consigas introducir en la mezcla una cucharita de café y que se mantenga en pie.
Habrás alcanzado el “punto de nieve” si al girar el recipiente no se mueven las claras. En ese momento para de batir, pues en caso contrario las podrás estropear.