Esta receta de zarangollo murciano con patatas es una variante deliciosa y más consistente de esta receta tradicional con una perfecta mezcla de texturas y sabores equilibrados.
El zarangollo murciano es un plato murciano compuesto de productos de la huerta, que se revuelven con huevo. Originalmente solo utiliza calabacín, cebolla y huevo, y aunque la receta original no lleva patatas, en muchas zonas de Murcia y en otros hogares se ha popularizado una versión que las incluye. Las patatas añaden cuerpo al plato, haciéndolo más consistente y adecuado como plato principal, en lugar de guarnición o tapa. El zarangollo murciano es ideal para disfrutar en cualquier época del año. Ya sea como guarnición o como plato principal, este zarangollo aporta todo el sabor de la huerta murciana, y sus ingredientes sencillos lo convierten en una receta perfecta para cualquier ocasión.
Esta versión con patatas mantiene todo el sabor de la receta clásica, pero con un toque más robusto, ideal para disfrutar como plato principal acompañado de un buen pan y un huevo frito o carnes a la parrilla, o sencillamente por sí solo como entrante ligero y vegetariano.
Ingredientes del zarangollo murciano para 4 personas
- 2 calabacines medianos (unos 500 g)
- 1 cebolla grande (unos 150 g)
- 3-4 patatas medianas (unos 400 g en total)
- 3 huevos grandes
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Opcional: unas hojas de perejil fresco para decorar
Cómo hacer zarangollo murciano paso a paso
- Preparar los ingredientes: Lava los calabacines y, si prefieres una textura más suave, pélalos (aunque en la receta tradicional, muchas veces se dejan sin pelar para aprovechar la fibra y la textura de la piel). Corta los calabacines en rodajas de medio centímetro o en cubos, a tu gusto. Pela y corta la cebolla en juliana o en dados finos. Pela las patatas y córtalas en rodajas de medio centímetro o en cubos.
- Sofreír la cebolla: En una sartén con un fondo de aceite rehoga la cebolla picada y sofríela a fuego medio hasta que esté transparente y dorada. Este proceso lleva unos 5-7 minutos.
- Agregar las patatas y el calabacín: Agrega las patatas, salpimenta a tu gusto y da unas vueltas para que se integren con la cebolla. Tapa la cazuela y deja que la patata enternezca un par de minutos. Agrega el calabacín y remueve bien para que se mezcle con la cebolla y la patata.
- Cocina el zarangollo: Cocina todo junto a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que el calabacín esté muy tierno, casi deshecho. Esto puede tardar unos 15-20 minutos. El objetivo es que el calabacín pierda la mayor parte de su agua y quede jugoso pero bien cocido. El zarangollo swe cocina en su propio jugo, sin añadir agua, solo la que desprende el calabacín.
- Añadir los huevos: Bate ligeramente los huevos en un bol aparte, ponles sal y pimienta y viértelos sobre la mezcla de calabacín, cebolla y patatas. Cocina a fuego bajo, removiendo suavemente para que el huevo se cuaje sin secarse demasiado. El zarangollo debe quedar jugoso, como un revuelto clarito.
- Servir: Sirve el zarangollo caliente o templado, en platos individuales o en una fuente grande. Si quieres darle un toque de frescura, puedes decorar con unas hojas de perejil fresco picado. Acompaña con pan crujiente o tostadas.
Trucos y alternativas para hacer el zarangollo perfecto
Textura del calabacín y la patata: Para controlar la textura del calabacín y la patata, puedes rehogar con la cebolla el calabacín freír o rehogar la patata aparte. una vez que esté al punto el calabacín añades la patata rehogada o frita y terminas la receta con los huevos.
Aceite de Oliva: La calidad del aceite de oliva influye en el sabor del zarangollo. Un buen aceite de oliva virgen extra realza el sabor de los ingredientes, así que es recomendable usar uno de buena calidad.
Huevo más o menos cuajado: El zarangollo tradicional se sirve jugoso, con el huevo poco cuajado, pero si prefieres una textura más firme, cocina el huevo un poco más o añade uno adicional para que quede más denso.
Hierbas frescas: Aunque no es común en la receta original, puedes añadir un toque de hierbas frescas como perejil, cebollino o incluso albahaca para darle un toque aromático. Estas hierbas realzan el sabor y añaden color al plato.
Servir como tapa o guarnición: Si sirves el zarangollo en pequeñas porciones, es ideal como tapa acompañada de otros aperitivos. Sin embargo, si lo preparas en mayor cantidad y lo sirves con pan, huevos fritos o carnes a la plancha, es perfecto como guarnición y hasta como plato principal.
Qué es el zarangollo cartagenero: En la zona de Cartagena, es más común encontrar el zarangollo con pimiento verde añadido a la mezcla. Este ingrediente extra aporta un sabor ligeramente más intenso y un toque más colorido. Además, es frecuente encontrar en el zarangollo cartagenero el uso de tomate, que aporta una nota de acidez y un color más rojizo al plato.
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